Desnudamos un equipo multifunción de inyección de tinta para descubrir todo lo que encontramos en su interior y la función de sus componentes.
Los equipos multifunción dominan el mercado de impresión, sobretodo en el segmento residencial y de pequeña oficina. Sin embargo, ¿sabemos exactamente qué podemos encontrar dentro de uno de estos aparatos? ¿somos conscientes de todos los mecanismos y de la tecnología que se pueden encontrar en su interior?
Para profundizar en ello, hemos desmontado pieza a pieza un multifunción Epson WP-4525, un equipo representativo del segmento que incluye las funciones más habituales de este tipo de producto, y dispone de cartuchos independientes para cada color y un cabezal fijo no intercambiable.
Compleja sencillez
Una vez profundizamos en el interior de los mecanismos, descubrimos que, en realidad, la mayoría de las partes de una impresora son de una sencillez aplastante. Partes como la tracción o alimentación de papel no dejan de ser rodillos y mecanismos accionados por un pequeño motor eléctrico y engranajes. Con movimientos muy precisos, es cierto, pero sin ningún misterio. El circuito de tinta, por ejemplo, se mueve gracias a un ingenioso laberinto de pequeñas membranas impulsadas por una pequeña bomba de vacío. Todo neumático y con pocas piezas móviles.
Incluso la electrónica sorprende por lo reducida que resulta frente a lo que podríamos pensar. Una única placa de poco más de 20 cm con unos chips de memoria Flash, un procesador propietario del fabricante y controladores para los puertos USB o Ethernet, se encarga de gestionar los tres motores internos (cabezal, tracción de papel y bomba de vacío), además de los diferentes sensores de papel y bandejas, el escáner instalado en su parte superior, el estado de los cartuchos, el panel frontal de la interfaz y, por supuesto, el funcionamiento del cabezal de impresión, verdadero alma mater de la impresora.